viernes, 6 de septiembre de 2013

Guía Shangai -LA HUELLA ESPAÑOLA

   

Guía Shangai
LA HUELLA ESPAÑOLA
Abelardo Lafuente García-Rojo (1871-1931) fue el único arquitecto y constructor español en el Shanghái de la China republicana. Lafuente se formó como arquitecto entre España y Filipinas y emigró a Shanghái unos años después de que España perdiera su colonia asiática. Inicialmente residió en Manila, donde construyó algunos edificios, pero fue a partir de 1918 cuando establece legalmente su estudio profesional en Shanghái, aunque empieza su periplo en la ciudad algunos años antes.
En esa Shanghái, dinámica, convulsa y llena de oportunidades desarrolla contra todo tipo de contratiempos una exitosa carrera profesional. Durante más de una década, al no pertenecer a una de las nacionalidades predominantes en la ciudad, tiene grandes problemas para conseguir encargos. A pesar de ello, su lucidez y perseverancia le permiten construir algunos de los mejores referentes arquitectónicos de la ciudad. El hecho de que la reducida colonia española fuese de las más emprendedoras y audaces de la ciudad, le permite introducir y desarrollar en China el estilo arquitectónico mozárabe de tanta relevancia mundial en esa época, cuyo mejor ejemplo en la ciudad es el Star Garaje (702 Nanjing Rd /南京路702). Su carrera se desarrolla principalmente en la década de los veinte, y durante los casi 15 años en los que trabaja en la ciudad pasa por diferentes etapas trabajando tanto asociado con G. O. Wootten en los inicios, como de forma individual, y finalmente asociado con A. J. Yaron ya en su última etapa.
Se le pueden atribuir algunas de las más importantes salas de cine de Shanghái, clubes sociales, al menos un hospital, hoteles, iglesias y mezquitas, así como mansiones para la adinerada clase social extranjera de la época, no sin olvidar que fue el referente en el diseño y construcción de las mejores salas de baile de toda Asia en opinión unánime popular en esa época, de las cuales se conserva la de menor tamaño de ellas, en el Astor Hotel (15 Huangpu Rd /黄浦路15). Ganó uno de los concursos más importantes de la época, aunque nunca llegó a construirse, el nuevo Consulado General de Estados Unidos.
La figura de Lafuente está íntimamente ligada a la de otro español, Antonio Ramos Espejo, para el que diseñó sus mejores teatros y su propia y espectacular mansión. Ramos había rodado las primeras imágenes cinematográficas de que se tiene constancia en Filipinas, donde también intentó sin éxito hacer negocio en la exhibición cinematográfica. Decidió entonces probar suerte en la París de Oriente, donde estableció en 1903 el primer espacio dedicado únicamente a la exhibición de películas en la teteríalupanar Qingliange (El Pabellón del Loto Verde, 莲阁)
en Sima Lu –hoy, Fuzhou Lu--. Gracias a sus técnicas de mercadeo, el éxito fue fulgurante y le permitió construir el primer teatro cinematográfico de China, el Hongkew Cinema (虹口大 ), inaugurado el 22 de diciembre de 1908 en la confluencia de las calles Zhapu y Haining.
Siguieron a este al menos otros cinco cines, entre los que se encontraban los mejores de la ciudad, que lo convirtieron en la principal referencia de la exhibición cinematográfica en Chinahasta 1926, cuando, ante el empeoramiento de la situación política, alquiló sus teatros y partió a España, donde fundó el cine más moderno del país en el momento, el Rialto, en la Gran Vía madrileña.
Asimismo, como parte de esa temprana presencia española en Shanghái, puede mencionarse, a finales de los años 20 y principios de los años 30 del siglo pasado, a un conocido periodista valenciano llamado Luis de Oteyza. Dejó testimonio de su paso en El diablo blanco, donde se reflejan los acontecimientos de la intensa época que vivió. Algo después, otro español que recogió el vibrante Shanghái del final de los 30 fue el diplomático Julio de Larracoechea, quien en 1941, de regreso a España, publicaría Ramonchu en Shanghai. En ese libro se relata como un grupo de pelotaris vascos trabajaban en los Jai-Alai (frontón) chinos, fundados antes de 1930. Según describe José Eugenio Borao en su España y China, se hizo cargo de los Jai-Alai “un tal Teodoro Jaúregui, que fundó el Auditorium en la concesión francesa”.
LIBROS Y PELÍCULAS SOBRE SHANGHÁI
“Pequeña y prestigiosa colonia española... en la que se encontraba
Lafuente, un arquitecto nacido en Madrid, que ha construido el
Gran Hotel de Shanghai; otro, apellidado Ramos, que es el dueño
de las mejores salas de cinematógrafo que existen en esta capital
de placer; y Cohen (el millonario de la colonia) posee casi todas las
ricshas circulantes en la ciudad, que ascienden a varios miles, ...
el agustino P. Castrillo, que lo respetan como si fuese uno de los
fundadores de la moderna ciudad, admirándole además por sus
dotes de organizador y financiero”.
Vuelta al mundo de un novelista,
Vicente Blasco Ibáñez
SHANGHÁI EN LIBROS
Adiós, Shanghai. Angel Wagenstein (2004)
Arde Shanghai. Martín Ríos (2007)
El amor que derriba una ciudad. Eileen Chang (1945)
El embrujo de Shanghai. Juan Marsé (1993)
El imperio del Sol. J.G. Ballard (1984)
El judío de Shanghai. Emilio Calderón (2009)
La canción de la pena eterna. Wang Anyi (2010)
La condición humana. André Malreaux (1933)
Los conquistadores. André Malreaux (1928)
Shanghai. Christopher New (1986)
Shanghai Baby. Wen Hui (2003)
Shanghai Dancing. Brian Castro (2003)
Shanghai Girls. Lisa See (2009)
Shanghai, The Paradise of Adventurers. G.E. Miller (1937)
Sonríe China. Rafael Alberti (1958)
The Sing-song Girls of Shanghai. Han Bangqing (2005)
The Master of the Rain. Tom Bradby (2002)

Fuente: Guía Shangai 

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