Guía oficial Ciudad de Granada
Puertas abiertas
Al pasado. Al futuro.
A la fusión. A la mezcla.
Al Norte. Al Sur. A las estrellas.
A la historia. A la vanguardia.
A la noche. Al horizonte.
A la aventura. A la contemplación.
Al cuerpo. A la mente.
A la fiesta. A la cultura.
Abierta todo el año.
Abierta al mundo.
ESGRANADA
Bienvenidos
desde la Alhambra y el Generalife
En la arquitectura árabe, el Patio de los
Leones, representa la más alta aspiración: un jardín escondido al que miran
todas las habitaciones que lo rodean. Los doce leones de mármol blanco parecen
datar del siglo X o del XI y, según diversos autores, pueden representar las
tribus de Israel, las constelaciones del zodiaco, los meses del año o hasta las
lágrimas de una princesa. En la
Sala de Dos Hermanas (1) (llamada así por las dos losas de
mármol blanco que enmarcan la fuente) pasaban sus días las esposas y favoritas,
y de ahí que a esta parte se le llamara El Harén. Al fondo está el Mirador de
Daraxa, una estancia decorada con un derroche de mocárabes y azulejos coloridos
que le brindan un ambiente lleno de encanto. Contiguo al Cuarto del Emperador
está el Peinador de la Reina ,
que la emperatriz Isabel usó en alguna ocasión como dependencia privada.
En la
Sala de los Abencerrajes, la cúpula de mocárabes en forma de
estrella, inspirada en el teorema de Pitágoras. Las manchas rojizas del fondo
de la fuente pueden ser, como se ha dicho a lo largo de los siglos, restos de
sangre de los treinta y seis nobles Abencerrajes asesinados aquí.
Los muros y paredes de la Alhambra y el Generalife
están cubiertos de una “piel” de poesía, inscripciones, romances, delicadas
tallas y ornamentaciones artesanas, con todo tipo de simbolismos religiosos e
históricos. La madera, la piedra y las yeserías sirven de lienzo en el que
admiramos murales, poemas, rezos, alabanzas e incluso instrucciones de uso.
Se sale de los Palacios Nazaríes por el Partal
(2), un verdadero oasis de frescura, rumor de agua, vistas y aromas, rodeado de
preciosos edificios como la
Torre de las Damas o el oratorio.
Un corto paseo te llevará al Generalife (3),
un lugar de recreo y descanso creado para proporcionar todos los placeres de
los sentidos a sus habitantes. Para la vista, el diseño de los jardines,
verdadera lección de paisajismo que aprovecha el desnivel del terreno
disponiendo patios, terrazas, miradores, arriates de flores, setos y
laberintos. El oído disfruta del continuo rumor de fuentes y acequias, una
especialidad de los arquitectos árabes, que trataron el agua como un elemento
más de la decoración.
El recorrido por el Generalife puede ser tan
largo o corto como se desee, pero debe pasar por el Patio de la Acequia (4), en el centro,
con sus delicados surtidores en arco sobre la lámina de agua.
Los amantes de las leyendas disfrutarán imaginándose
las aventuras amorosas que, según se cuenta, tenían por escenario el Patio de la Sultana , donde el rey
Boabdil sorprendió a su esposa en pleno desliz con uno de los Abencerrajes.
Antes de dar por finalizado este viaje en el
tiempo que es la visita de la
Alhambra , el paseo puede prolongarse hasta el antiguo
Convento de San Francisco, que hoy es el Parador de Turismo de Granada y
disfrutar de uno de los jardines más hermosos de la ciudad. Su terraza es el
lugar perfecto para descansar después del largo recorrido.
desde el Albaicín
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994, el
laberinto del Albaicín es no sólo uno de los barrios más antiguos de Europa,
sino también casi una ciudad autónoma, que se ha conservado durante más de mil
años sin perder su carácter popular, íntimo y acogedor.
Pasear por el Albaicín es un fin en sí mismo,
y la mejor forma de recorrerlo. Sus callejuelas, placetas, rincones y cuestas
constituyen un conjunto urbano que evoca tanto el norte de África como otras antiguas
ciudades mediterráneas.
Resulta fácil perderse, pero más fácil aún
regresar: basta con ir siempre cuesta abajo para llegar de nuevo al centro de
la ciudad.
Gran parte del carácter del Albaicín reside en
la particular construcción típica del barrio, las casas con huerto y jardín que
aquí se llaman cármenes: con sus tapias inexpugnables desde fuera, sorprenden
al entrar por el uso del agua, la vegetación y los espacios. La gran mayoría
son casas privadas, pero algunos de los más emblemáticos alojan hoteles y
restaurantes —en los que puede disfrutarse de una comida o cena “con vistas”
(6-8 en
págs. siguientes)—, fundaciones o centros
culturales. Entre los que se pueden visitar destaca el Carmen de la Victoria y las Casas del
Chapiz, hoy Escuela de Estudios Árabes, así como el Carmen Museo Max Moreau.
Un recorrido por lo más interesante del
Albaicín puede partir del Paseo de los Tristes, subiendo la pendiente de la Cuesta del Chapiz, para
llegar a la Iglesia
del Salvador, que fue antes la Mezquita Mayor del barrio y de la que conserva su
precioso patio. Cercana a ésta la
Placeta de Aliatar, el Arco de las Pesas, Plaza Larga (5 en
pág. 20) y su entorno, zonas, todas ellas, muy animadas.
Fuente: Guía oficial Ciudad de Granada