Guía Shangai
Abelardo Lafuente García-Rojo (1871-1931) fue
el único arquitecto y constructor español en el Shanghái de la China republicana. Lafuente
se formó como arquitecto entre España y Filipinas y emigró a Shanghái unos años
después de que España perdiera su colonia asiática. Inicialmente residió en
Manila, donde construyó algunos edificios, pero fue a partir de 1918 cuando
establece legalmente su estudio profesional en Shanghái, aunque empieza su
periplo en la ciudad algunos años antes.
En esa Shanghái, dinámica, convulsa y llena de
oportunidades desarrolla contra todo tipo de contratiempos una exitosa carrera
profesional. Durante más de una década, al no pertenecer a una de las
nacionalidades predominantes en la ciudad, tiene grandes problemas para
conseguir encargos. A pesar de ello, su lucidez y perseverancia le permiten
construir algunos de los mejores referentes arquitectónicos de la ciudad. El
hecho de que la reducida colonia española fuese de las más emprendedoras y
audaces de la ciudad, le permite introducir y desarrollar en China el estilo
arquitectónico mozárabe de tanta relevancia mundial en esa época, cuyo mejor
ejemplo en la ciudad es el Star Garaje (702 Nanjing Rd /南京路702号). Su carrera se desarrolla principalmente
en la década de los veinte, y durante los casi 15 años en los que trabaja en la
ciudad pasa por diferentes etapas trabajando tanto asociado con G. O. Wootten
en los inicios, como de forma individual, y finalmente asociado con A. J. Yaron
ya en su última etapa.
Se le pueden atribuir algunas de las más
importantes salas de cine de Shanghái, clubes sociales, al menos un hospital,
hoteles, iglesias y mezquitas, así como mansiones para la adinerada clase
social extranjera de la época, no sin olvidar que fue el referente en el diseño
y construcción de las mejores salas de baile de toda Asia en opinión unánime
popular en esa época, de las cuales se conserva la de menor tamaño de ellas, en
el Astor Hotel (15 Huangpu Rd /黄浦路15号). Ganó uno de los concursos más importantes de la época, aunque nunca
llegó a construirse, el nuevo Consulado General de Estados Unidos.
La figura de Lafuente está íntimamente ligada
a la de otro español, Antonio Ramos Espejo, para el que diseñó sus mejores
teatros y su propia y espectacular mansión. Ramos había rodado las primeras
imágenes cinematográficas de que se tiene constancia en Filipinas, donde
también intentó sin éxito hacer negocio en la exhibición cinematográfica.
Decidió entonces probar suerte en la
París de Oriente, donde estableció en 1903 el primer espacio
dedicado únicamente a la exhibición de películas en la teteríalupanar
Qingliange (El Pabellón del Loto Verde, 青莲阁)
en Sima Lu –hoy, Fuzhou Lu--. Gracias a sus
técnicas de mercadeo, el éxito fue fulgurante y le permitió construir el primer
teatro cinematográfico de China, el Hongkew Cinema (虹口大剧 院), inaugurado el 22 de diciembre de 1908 en
la confluencia de las calles Zhapu y Haining.
Siguieron a este al menos otros cinco cines,
entre los que se encontraban los mejores de la ciudad, que lo convirtieron en
la principal referencia de la exhibición cinematográfica en Chinahasta 1926,
cuando, ante el empeoramiento de la situación política, alquiló sus teatros y
partió a España, donde fundó el cine más moderno del país en el momento, el
Rialto, en la Gran Vía
madrileña.
Asimismo, como parte de esa temprana presencia
española en Shanghái, puede mencionarse, a finales de los años 20 y principios
de los años 30 del siglo pasado, a un conocido periodista valenciano llamado
Luis de Oteyza. Dejó testimonio de su paso en El diablo blanco, donde se
reflejan los acontecimientos de la intensa época que vivió. Algo después, otro
español que recogió el vibrante Shanghái del final de los 30 fue el diplomático
Julio de Larracoechea, quien en 1941, de regreso a España, publicaría Ramonchu
en Shanghai. En ese libro se relata como un grupo de pelotaris vascos
trabajaban en los Jai-Alai (frontón) chinos, fundados antes de 1930. Según
describe José Eugenio Borao en su España y China, se hizo cargo de los Jai-Alai
“un tal Teodoro Jaúregui, que fundó el Auditorium en la concesión francesa”.
LIBROS Y PELÍCULAS SOBRE SHANGHÁI
“Pequeña y prestigiosa colonia española... en
la que se encontraba
Lafuente, un arquitecto nacido en Madrid, que
ha construido el
Gran Hotel de Shanghai; otro, apellidado
Ramos, que es el dueño
de las mejores salas de cinematógrafo que
existen en esta capital
de placer; y Cohen (el millonario de la
colonia) posee casi todas las
ricshas circulantes en la ciudad, que
ascienden a varios miles, ...
el agustino P. Castrillo, que lo respetan como
si fuese uno de los
fundadores de la moderna ciudad, admirándole
además por sus
dotes de organizador y financiero”.
Vuelta al mundo de un novelista,
Vicente Blasco Ibáñez
SHANGHÁI EN LIBROS
Adiós,
Shanghai. Angel Wagenstein (2004)
Arde
Shanghai. Martín Ríos (2007)
El amor que derriba una ciudad. Eileen Chang
(1945)
El embrujo de Shanghai. Juan Marsé (1993)
El imperio del Sol. J.G. Ballard (1984)
El judío de Shanghai. Emilio Calderón (2009)
La canción de la pena eterna. Wang Anyi (2010)
La condición humana. André Malreaux (1933)
Los conquistadores. André Malreaux (1928)
Shanghai.
Christopher New (1986)
Shanghai
Baby. Wen Hui (2003)
Shanghai
Dancing. Brian Castro (2003)
Shanghai
Girls. Lisa See (2009)
Shanghai,
The Paradise of Adventurers. G.E. Miller (1937)
Sonríe China. Rafael Alberti (1958)
The
Sing-song Girls of Shanghai. Han Bangqing (2005)
The Master
of the Rain. Tom Bradby (2002)
Fuente: Guía Shangai